sábado, 27 de agosto de 2011

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Un guerrero de la luz comparte con los otros lo que sabe del camino.

Quien ayuda, siempre es ayudado, y tiene que enseñar lo que aprendió. Por eso, él se sienta alrededor de la hoguera y cuenta cómo fue su día de lucha.

Un amigo le susurra: “¿Por qué revelas tan abiertamente tu estrategia? ¿No ves que actuando así corres el riesgo de tener que compartir tus conquistas con otros?”

El guerrero se limita a sonreír, sin responder. Sabe que si llegara al final de la jornada a un paraíso vacío, su lucha no habría valido la pena.


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